lunes, 23 de mayo de 2011

Andando


Sigo en la búsqueda.
Después de todo, de llevar y sacar tantas fotos, sigo en proceso. Mis errores fueron necesarios, y mis deslices terminaron sumando pero, al final del día, no llegué a donde quise. Quedo con una incertidumbre todavía mayor. ¿Cómo conseguiré cerrar, lo que tanta elocuencia tiene en mi cabeza, para la percepción de un otro? Las críticas de hoy fueron duras, cosa que a uno siempre lo deja rompiéndose la cabeza para entender qué quiere y qué necesita plasmar, principalmente después del esfuerzo. Pero algo que descubrí con esta materia es que cuanto más dura sea la devolución más fuerte viene la respuesta. Espero conseguir el toque que me está faltando, impaciente a ese momento en el que uno se dice "lo conseguí" y muestra con orgullo su resultado.
Es una construcción a fin de cuentas, una suma de elementos, un sacar y agregar cada lunes o jueves. A no perder la motivación.

martes, 17 de mayo de 2011

El Otro - Avance

Revolviendo entre algunos fotógrafos, encontré momentos, texturas, circunstancias que me interesaron para el retrato de mi personaje. Tomé una decisión, y puse a mi "otro" en una situación extrema. Quiero jugar con sus certezas, con quién él mismo me expresa ser y voltearlas, quebrarlas. Quiero poner a mi personaje en un momento donde acaba de suceder el hecho que cambia su perspectiva. Cuando descubre que todo lo que para él era real ya no lo es.
Tomé para explicarme dos fotografías de Man Ray.
 Vemos la postura casi existencial. Brota de la nada hacia la luz, se retuerce en sí mismo. No hay entorno, no importa realmente ese lugar físico sino el individuo en su propio espacio interno.

Y por último, de Sally Mann. No sé, me parece tan real, tan auténtica la fragilidad que refleja, la extrema adultez obligada, la oscuridad de algo que le sucedió y por lo que pena. Siento que casi me habla, y eso es lo que quiero lograr. Que mi retratado y mi fotografía tengan voz propia.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Serie Final "La Taberna"










Dentro de todo, estuve conforme con mi entrega. Quizás hubiese hecho un poco más de ésto, un poco más de aquello, pero en definitiva creo que mi producto final reflejó el proceso por el que pasé. 
Ya sea comenzando con el pie izquierdo, eligiendo en al primer tarea una fotografía que no cumplió los requisitos, llevando de primera opción del lugar un espacio acotado y nada expresivo, que decidí que las cosas no podían seguir con ese rumbo. Entonces, fui una, dos, siete veces a lo largo del mes a fotografiar la taberna, éste último lugar que me proponía tantas cosas pero que sin embargo debía aprender a domar a mi criterio. El lugar se mostraba, se definía. ¿Pero cómo haría yo para definirlo a él?
Llegado un momento, caí en el cliché. El lugar en sí ya da para eso, con su aspecto irlandés clásico entre otros, por lo que me enfrasqué en una búsqueda que era, para mi, esencial. ¿Cómo expresar un sentimiento tan mundano como el recuerdo, la nostalgia, sin caer en el típico cuadro tristón, ni en la corriente fotografía del bar en donde sólo faltan dos borrachos bebiendo en sus taburetes? Deseaba mostrarlo a mi manera, a mi sentimiento con mis altibajos, mis oscuros y mis luces: con lo que la gente ve de mí... y lo que no. 
Por suerte, mi búsqueda tuvo su encuentro y rindió frutos. A pesar de la insistente frustración, siento que conseguí un resultado final que me gusta. Lo curioso, es que cada fotografía de la serie la saqué un día distinto. Cada día que me propuse desde que despertaba a pasarlo en la taberna, sirvió con su granito de arena. Cada gramo de esfuerzo aportó un poco.
Es por eso que cuando veo mis fotos, a pesar de no sentir que sean las más brillantes del mundo, siento un gran respeto por mi trabajo. Sea lo que sea que hice, le puse onda, y eso me saca una sonrisa.